jueves, 23 de junio de 2011

I: incompletos


 Vivimos creyendo que nos falta algo y no logramos averiguar qué. Intentamos esconder y olvidar esa sensación: salimos de compras, con los amigos, al cine, nos emborrachamos o saciamos nuestros instintos con quien queremos o podemos. Todo para olvidar esa sensación, la sensación de que no estamos viviendo de verdad, de que nos falta algo, de que si hubiéramos elegido otro camino, si nos hubiéramos juntado con otras personas, si hubiéramos cambiado solo un poco nuestra forma de actuar todo sería diferente, tendríamos lo que queremos y lo que necesitamos y esa sensación de estar incompletos desaparecería. Esperamos haber echo lo correcto y de hecho, hay veces en los que tienes, durante una milésima de segundo, la certeza de que lo estas haciendo bien, de que al fin y al cabo tienes lo que quieres y de que si en tus pocos años de vida has conseguido eso en los que te quedan lo lograras todo. Pero ese es justo el problema. Creemos que tenemos muchos años por delante y que nos va a dar tiempo a tener mas amigos, a discutir, a reconciliarnos, a enamorarnos y a desenamorarnos, a tener dinero y a gastárnoslo.  A comprar una casa o gastar todos nuestros ahorros en el viaje de nuestra vida. A tener hijos o no tenerlos…Esperamos que la vida vaya llegando y que nos vaya trayendo todo lo que queremos mientras nosotros seguimos siendo como hasta ahora. La verdad es que nada ni nadie te asegura que vayas a vivir 60 años o 60 segundos más y que el hecho de que estemos vivos no significa que lo vayamos a estar dentro de un rato al igual que el hecho de que soñemos con lo que será nuestra vida no nos asegura que ese sueño se vaya a cumplir. Debemos darnos cuenta de que ya hemos hecho bastante el idiota fingiendo ser quienes no somos, o de que en ciertos momentos que podrían haber cambiado nuestra vida no hemos tenido el suficiente valor para decir lo que pensamos de verdad. ¿O acaso hay alguien que nunca en toda su vida se ha avergonzado de algo y ha fingido ser diferente o pensar de otra manera?¿acaso hay alguien que nunca en toda su vida se haya mordido la lengua y no le haya dicho a otra persona lo que piensa de ella de verdad bien por miedo a que no sintiera lo mismo o bien por no tener ganas de discutir?¿acaso alguien no ha fingido nunca ser amigo de otra persona simplemente porque le convenía? No creo que exista nadie que nunca haya hecho ninguna de estas cosas, y si existe me gustaría conocerlo.
Pero, qué pasaría si empezáramos a ser conscientes de lo mucho que valemos, de las cosas que somos capaces de hacer por un amigo, por alguien de nuestra familia o por el amor de nuestra vida. Tal vez si fuéramos conscientes de esto no nos daría miedo decir lo que pensamos de verdad y la gente que nos rodease sabría, para bien o para mal lo que pensamos de ellos. Tal vez si nos atreviéramos a decir lo que sentimos a una persona ella sentiría lo mismo y nos dejaría de faltar ese algo. Entonces nos daríamos cuenta de que todo lo que tenemos y lo que tendremos lo habremos ganado a pulso y no con mentiras y puede que esa vida que soñamos nunca se cumpla pero soñar con ella ya es en parte vivirla y tal vez nuestra vida real sea mucho mas interesante que nuestra vida de ensueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario